Barry vivió noventa años llenos de propósitos, entre ellos fundar y hacer crecer una próspera empresa de suministros para techos (Bradco Supply) y, tras su venta, dedicarse a varios grandes esfuerzos filantrópicos. La primera de ellas tomó la forma de la Segal Family Foundation, nacida de un viaje a Ruanda en 2008 inspirado por la Clinton Global Initiative.

La visita le abrió los ojos a África subsahariana como una región del mundo en la que podía dejar una huella significativa apoyando a organizaciones locales de base. En la actualidad, la Segal Family Foundation es una de las fundaciones estadounidenses con mayor impacto en África –sólo superada por la Fundación Gates en número de subvenciones– y fue galardonada con el premio al mejor donante global de Catalyst 2030 en 2023.
Barry era alguien que se daba cuenta de los problemas, los denunciaba y hacía algo al respecto. En sus propias palabras: «Me dediqué a la filantropía porque hay muchas cosas que me molestan, como la avaricia de las empresas, los beneficios de las prisiones y la incapacidad de las instituciones para proteger a los niños de los abusos, por nombrar algunas. También me siento afortunado de estar en una posición en la que puedo usar mi riqueza para ayudar a aquellos que no tienen las mismas oportunidades que yo tuve.»
En 2015, fundó Focus for Health para paliar las desigualdades en Estados Unidos, y después vino Focus Central America, en 2021, para abordar los problemas que alimentan la migración forzada en la región. Estas tres fundaciones cuentan con equipos dedicados a su misión y operan bajo Segal Philanthropies, que ahora dirige su hijo Martin. Cada año, sus donaciones benéficas ascienden a 22 millones de dólares en fondos de libre disposición distribuidos a más de 600 organizaciones de todo el mundo, con una subvención media de 20.000 dólares.
Barry vivió su vida a su manera, y a los 90 años seguía acudiendo diariamente a las oficinas de Segal Philanthropies. Su deseo era que más personas adineradas compartieran su fortuna e invirtieran en mejorar la vida de los demás. Su esperanza era que esta labor continuara mucho después de su muerte. Y así será.
Espera que otras personas vean los esfuerzos de Segal Philanthropies, se preocupen por ellos y hagan lo mismo. «Es difícil hacer grandes cambios en el mundo, pero cada vez que ayudas a sacar a un niño de la pobreza y le das acceso a la educación, contribuyes a mejorar nuestro mundo», decía. Por eso, en lugar de contribuciones funerarias , su familia sugiere que se hagan contribuciones a organizaciones beneficiarias de Focus for Health cuyo trabajo incluye combatir los abusos sexuales a menores, promover la reforma de la justicia penal y abordar los determinantes sociales de la salud.
Hombre de muchas pasiones, entre ellas el deporte -en particular el tenis, que practicó con pasión hasta los ochenta años-, Barry era el orgulloso patriarca de una familia numerosa y cariñosa. Fue un padre devoto de seis hijos, un suegro admirado y un abuelo entrañable de quince nietos y catorce bisnietos.
También fue mentor y amigo de toda la vida de muchos; su generosidad tocó más vidas de las que se pueden contar. Su legado perdurará a través de su familia, sus amigos, sus logros empresariales y filantrópicos y las innumerables vidas que cambió en todo el mundo. Le echaremos mucho de menos, y su influencia y su visión seguirán resonando en las generaciones venideras.